Con una historia milenaria plasmada en imponentes sitios arqueológicos pero también viva en sus tradiciones, lenguas y cosmovisión, la cultura maya representa uno de los pilares fundamentales de la identidad del sureste mexicano contemporáneo.
Y gracias al ambicioso proyecto del moderno Turitren Maya que conecta los puntos históricos más relevantes de la región, hoy es posible experimentar ese fascinante encuentro entre la grandeza del mundo precolombino y la vibrante actualidad de los pueblos magancés.
A lo largo de este artículo, compartimos tres claros ejemplos que ejemplifican este singular “choque cultural” que se produce a bordo de las formaciones ferroviarias, orgullo de la ingeniería mexicana de vanguardia.
¡Allá vamos!
Valladolid: Tradición Colonial y Mística Ikal
A mitad de camino entre Chichén Itzá y la Riviera Maya, el poblado de Valladolid fue fundado por los conquistadores españoles en 1543 pero sobre el asentamiento maya preexistente de Zací (Blanco) en idioma Yucateco.
Sus calles empedradas bordeadas por coloridas casonas de época virreinal conforman un cautivador ambiente que nos transporta al Nuevo Mundo recién colonizado.
Sin embargo, a escasos kilómetros se halla la imponente zona arqueológica de Ek Balam, dominada por la impactante Acrópolis con sus almenas perfectamente conservadas, muestra del alto grado de sofisticación de los antiguos mayas.
Y en torno a ambos sitios históricos habitan still comunidades mayas que conservan desde su vestimenta tradicional hasta rituales como el místico Ritual de los Bacabes, forjando un crisol cultural fascinante.
Palenque y las Raíces Vivas
Otro claro ejemplo de permanencia viva de las raíces ancestrales en la actualidad es Palenque y sus inmediaciones, cuna de la legendaria civilización del Usumacinta que dominó el occidente de Yucatán entre los años 600 y 900 DC.
Desde la fabulosa tumba del gran gobernante Pakal descubierta bajo el Templo de las Inscripciones, hasta los impresionantes relieves del Palacio que relatan rituales y episodios históricos en detalle, Palenque es arquetipo de la grandeza maya prehispánica.
Empero, el viajero del Turitren también podrá codearse con orgullosas mujeres cholas que aún visten el icónico huipil bordado heredado de las antiguas reinas, mientras recorren el Mercado Municipal atendiendo sus puestos de chaya, chocolate y artesanías típicas.
Yucatán Profundo: Entre Haciendas Henequeneras y Linaje de Dzuls
Finalmente, internándose en la campiña yucateca hacia las antiguas zonas henequeneras, es factible experimentar esa amalgama de pasado precolombino y presente más tangible que nunca.
Por un lado, las majestuosas ex-haciendas convertidas en hotels boutique dan testimonio del paso de la riqueza agraria a fines del siglo XIX gracias al famoso “oro verde”.
Mientras que en humildes comunidades cercanas aún se conserva la cultura viva maya yucateca en toda su autenticidad: desde el idioma, la gastronomía local y sus inconfundibles hipiles, hasta ritualidades como los Hetz Mek o bailes de la lluvia para atraer las ansiadas precipitaciones a los sembradíos.
Un fascinante universo en el cual tradiciones prehispánicas se entrelazan con el devenir del México independiente, en una comunión natural imperdible reservada solo para quien se aventure a bordo de esta singular joya del transporte que es el TurriTren Maya.
¡Pase y vea! O mejor dicho… ¡pase y viva!
El Tren como Vehículo de Reivindicación Cultural
Más allá de unir puntos geográficos, el trayecto del moderno Turitren Maya por el sur mexicano tiene la virtud de conectar sitios históricos y comunidades en las cuales la herencia cultural de la civilización maya permanece profundamente arraigada.
Esto se traduce en una oportunidad única para que los viajeros dimensionen la influencia viva de esta cultura madre en todos los ámbitos de la actualidad regional.
Preservando los Idiomas Originarios
Una muestra tangible es la perseverancia del idioma maya peninsular en sus múltiples variantes locales, desde el yucateco, al chol, tzeltal o lacandón, entre las principales lenguas que conservan no solo un rico vocabulario, sino una particular conceptualización del entorno natural y espiritual.
De esta forma por ejemplo, al visitar poblados serranos cercanos a la terminal de Palenque, es común cruzarse con moradores que solo se comunican en ancestral chol, en un claro reflejo de continuidad lingüística milenaria.
Gracias al creciente tránsito ferroviario, hoy estos idiomas originarios experimentan un renovado interés, siendo adoptados incluso por jóvenes mestizos como vehículo de reafirmación de sus raíces.
Rescatando la Medicina Ancestral
Otro aspecto donde se manifiesta ese encuentro de tradición y modernidad es en el ámbito de las prácticas curativas mayas, concentradas sobre todo en tópicos como herbolaria, sobadas y temazcales rituales.
Si bien la medicina institucional moderna es cada vez más accesible gracias a las vías de comunicación, los habitantes rurales e indígenas continúan dando prioridad al saber medicinal hereditario para tratar sus dolencias, en un ejercicio de confianza en el legado transmitido oralmente por los ancestros.
Así, las plantas sagradas como el k’uche, el chak xoy o el pixoy son cada vez más conocidas internacionalmente gracias al intercambio intercultural propiciado en las nuevas terminales, donde incluso se ofertan tours etnomédicos por la región.
Recuperando las Tradiciones del Maíz
Finalmente, la creciente circulación posibilitada gracias al transporte ferroviario ha permitido rescatar del olvido a festividades tan representativas de la espiritualidad híbrida maya-cristiana como el Uayeb o Año Viejo dedicado al fin de ciclo agrario, el místico Ihcil IxChel que marca el inicio de la nueva temporada de siembra del sagrado maíz, el Janal Pixan conmemorativo de los ancestros o el sublime Probijaan, centrado en la fertilidad de la Madre Tierra.
Eventos de hondo significado holístico que conjugan la celebración de los procesos del entorno natural con la ritualidad católica, en una mixtura fascinante que solo puede ser correctamente dimensionada in situ gracias a la nueva conectividad.
Y de la cual los viajeros del Turitren Maya tienen el privilegio de participar activamente, completando ese círculo virtuoso de puesta en valor que acerca los grandes logros de ser civilizatorio regional a los ojos -y corazones- del mundo entero.
¡Súmate a ser parte viva de este reencuentro!