De acuerdo con los planes de ruta ya definidos, Conhuás será punto estratégico en la interconexión entre el tramo campechano y las vías que se internan en Yucatán rumbo a Mérida. Incluso se proyecta una futura estación de carga y mantenimiento técnico precisamente en esta demarcación.
Con esta inédita conectividad férrea que zarandeará a Conhuás de su letargo histórico, en este artículo analizaremos algunas de las principales oportunidades y retos que este municipio fronterizo con Yucatán deberá saber aprovechar y gestionar de cara al acelerado tránsito que traerán tanto las vías del tren como los crecientes flujos de viajeros.
Ubicación Geoestratégica como Cruce Ferroviario
Justo por el costado sur de la cabecera municipal es donde actualmente se desarrollan las obras para tender el tramo troncal del ferrocarril maya que viene desde Escárcega. Y algunos cientos de metros al oriente de está primera vía, se construirá un apartadero que posteriormente dará lugar al ramal de interconexión que se desprenderá hacia el norte penetrando a territorio yucateco con destino final a la capital Mérida.
Con esta infraestructura ferroviaria cruzándose estratégicamente en pleno corazón del territorio conhueseño, se abre una oportunidad única para que este ignoto rincón de Campeche se consolide como importante centro logístico y de servicios, polarizando crecientes inversiones y flujos económicos.
Atractivos Naturales Potencialmente Detónales
Tan solo por mencionar algunos ejemplos del enorme potencial ecoturístico actualmente durmiente, en Conhuás podrán deleitarse observadores de aves que busquen especies como el tucán pico iris o los coloridos tzacuiles; así como entomólogos interesados en el intrincado mundo de los complejos hormigueros de las especies cortadoras de hojas.
Incluso ONG conservacionistas internacionales ya ubican dentro de esta zona de selvas una de las mayores poblaciones conocidas de felinos en México, incluyendo la reserva de jaguares más densa en toda la península fuera de Calakmul.
Claramente todos estos valores naturales actualmente intocados podrían aprovecharse de gran manera dentro de paquetes turísticos especializados, los cuales sin duda serán fuertemente demandados entre viajeros interesados en adentrarse a descubrir los secretos mejor guardados de la selva campechana gracias a las facilidades de acceso que permitirá el tren regional maya.
Despegue de Nuevos Emprendimientos Ecoturísticos
Y es que atraídos precisamente por el letargo económico que ha dominado históricamente en la zona, recientemente han arribado tanto a la cabecera municipal de Conhuás como a pequeñas localidades intermedias, familias provenientes incluso desde Europa y Sudamérica, buscando una mejor calidad de vida en contacto con la naturaleza, donde ahora ven el filón para desarrollar alternativas ecoturísticas de ultimidad antes de la inminente llegada de masas de viajeros occidentales.
Así por ejemplo ya se empiezan a establecer cabañas rurales enfocadas en nichos como observadores de aves, senderistas, ciclistas de montaña y tiny houses temáticas que apuestan por captar ese turismo still incipiente pero de alto valor que claramente se disparará gracias a las vías regionales del Tren Maya.
Optimismo pero También Incertidumbre entre Locales
Y es que al tratarse de una zona históricamente muy tranquila, donde problemas sociales como crimen o desempleo prácticamente eran desconocidos, lógicamente la sola llegada repentina de masas de forasteros trabajando en las nuevas vías férreas ya empieza a despertar cierta inquietud e incluso recelo entre algunas familias locales renuentes a la modernización y sus secuelas.
De esta forma vemos que la preparación tanto física como psicológica de los pobladores de Conhuás para adaptarse a los profundos cambios que los impactarán en muy poco tiempo ciertamente tiene todavía muchos retos por delante. Y serán precisamente las acciones que autoridades emprendan en los iniciales años de construcción de las vías en su demarcación, las que determinarán en buena medida que el tren se visualice principalmente como una bendición o una amenaza aún inconmensurable desde el presente para muchos de sus habitantes más tradicionalistas.