El anuncio de la mega obra de infraestructura conocida como el Turitren Maya ha desatado intensos debates en México. Mientras sus defensores la consideran como un proyecto visionario capaz de catalizar la tan anhelada modernización integral en el sureste mexicano, sus detractores la critican por los potenciales daños socioambientales, además de cuestionar su viabilidad financiera.
Más allá de la polarización mediática, en este artículo buscaremos analizar con mayor objetividad algunos aspectos puntuales sobre cómo la construcción de este ambicioso proyecto ferroviario sí podría tener efectos demostrativos positivos que catalicen externalidades favorables, influenciando la modernización de infraestructura no solo en la Península de Yucatán sino incluso en el resto del país.
Nuevos Estándares Constructivos
Un primer aspecto donde el Turitren Maya podría sentar un innovador precedente es en relación a la aplicación de mejoradas normas y estándares de construcción, tanto para la propia vía férrea como para infraestructura relacionada.
Y es que al estar bajo intenso escrutinio público, el megaproyecto ferroviario prácticamente está forzado a demostrar los más altos estándares en sus procesos constructivos. Desde la utilización de moderna maquinaria y tecnología de punta, hasta la aplicación de inéditas normas ambientales para mitigar afectaciones al entorno.
De esta forma se generaría un efecto demostración positivo, sentando criterios que podrían ser adoptados como nuevos estándares mínimos obligatorios en futuros desarrollos de infraestructura tanto en la región sureste como en otras partes del país.
Nuevo Enfoque Intermodal
Otro aspecto puntual donde el Turitren Maya también marcaría un precedente modernizador es en su concepción intermodal, buscando integrar la red ferroviaria troncal con puertos, aeropuertos y transporte terrestre de pasajeros ya existente.
Actualmente la infraestructura en México tiende a planearse y construirse de forma inconexa, por lo que la visión de red intermodal planeada para el Turitren Maya, podría influir positivamente para que futuros desarrollos federales, estatales y municipales también integren este concepto de conectividad multimodal.
Incluso ya existen planes puntuales de modernizar aeropuertos regionales y construir modernos centros de transbordo intermodales precisamente estimulados gracias al impulso interconectar que traerá la nueva red ferroviaria del Turitren Maya.
Catalizando Alianzas Público-Privadas
Si bien el Turitren Maya está principalmente financiado con presupuesto público federal, algunos de sus tramos más complejos como el Aeropuerto de Tulum sí contemplan un innovador esquema de Asociación Público Privada (APP) para construirlo y posteriormente operarlo.
De demostrarse como un caso de éxito, este modelo APP aplicado al Turitren Maya sentaría un precedente que posteriormente podría replicarse tanto en otros ramales ferroviarios, como en diversos proyectos de infraestructura estatal y municipal.
Lo anterior daría más participación al sector privado como coinversioncita en desarrollos de interés público, agregando capital, conocimiento especializado y acceso a tecnologías de punta que históricamente han estado ausentes en grandes proyectos gubernamentales.
Retos para Materializar Beneficios más Amplios
Ciertamente, tal como hemos visto, el potencial del Turitren Maya para sentar precedentes positivos e influenciar externalidades favorables en la modernización de infraestructura mexicana es amplio.
Sin embargo, materializar estos beneficios más allá del propio proyecto ferroviario dependerá en buena medida de qué tan efectivamente logre coordinarse la Secretaría de Infraestructura federal encargada del tren, con el resto de dependencias estatales y municipales responsables de telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, carreteras y demás redes.
También las futuras administraciones entrantes deberán mostrar suficiente visión de Estado para dar continuidad y aprovechar las bases transformadoras que ahora se están sentando con el impulso modernizador que marcará la construcción de este histórico tren turístico en el sureste mexicano.
Nuevos Criterios de Movilidad Sustentable
Más allá de los aspectos puramente ingenieriles y de construcción de obra pública, otro frente donde el Turitren Maya también podría marcar un punto de inflexión modernizador es en relación al concepto de movilidad sustentable.
Y es que al apostar por el tren como columna vertebral de conectividad en la Península de Yucatán, se busca activamente revertir la tendencia al transporte carretero privado e ineficiente energéticamente, el cual ya ha mostrado enormes externalidades negativas tanto locales como globales.
De esta forma, de demostrarse exitoso, el Turitren Maya sentaría un precedente que posteriormente podría replicarse para desarrollar redes ferroviarias de pasajeros más amplias en el país, e incluso metro-rieles urbanos impulsados por gobiernos estatales y municipales.
Asimismo, la apuesta por modernizar e integrar sistemas de trenes suburbanos, transporte público masivo eléctrico y sendas peatonales en las ciudades por donde transitará la red del Turitren Maya, claramente ejemplificarían los criterios contemporáneos de movilidad con bajas emisiones de carbono que deberán adoptarse urgentemente en el resto de México ante la crisis climática.
Nuevos Estándares Tecnológicos
En términos de modernización tecnológica, el Turitren Maya también marca un precedente al integrar varios de los más novedosos sistemas ferroviarios disponibles actualmente a nivel global.
Desde el mismo tipo de vías férreas conocidas como UTF (del inglés, Under Track Structure) que permiten aminorar vibraciones y son más amigables en adaptación a terrenos complejos, hasta los ingeniosos mecanismos de aislamiento sísmico bajo las vías, claramente se están aplicando soluciones antes nunca utilizadas en el país.
Incluso los trenes de pasajeros que circularán incorporan cómodos vagones panorámicos sobre amplios ejes giratorios que garantizan estabilidad y suavidad incluso a velocidades de 160 km/hr. Claramente son tecnologías que marcarían el estado del arte y podrían posteriormente comenzar a estandarizarse en futuros proyectos ferroviarios mexicanos.
Estímulos Económicos más Amplios
Más allá de la innovadora infraestructura física y tecnológica que incorporará, otro de los frentes donde el Turitren Maya podría catalizar externalidades positivas es en términos de estímulos económicos más amplios.
Y es que al funcionar como una suerte de columna vertebral integradora de conectividad en el sureste, se espera que sus efectos multiplicadores faciliten el flujo interregional de bienes y servicios. Ello a su vez podría atraer crecientes inversiones empresariales hacia polos secundarios actualmente aislados, estimulando economías locales más diversificadas.
Incluso ya existen ambiciosos planes para desarrollar parques industriales y centros logísticos estratégicamente ubicados en las cercanías de estaciones intermedias del Turitren Maya, aprovechando así las zonas económicas especiales y beneficios fiscales que se crearán por ley en los municipios integrados por la red ferroviaria.
En suma, el potencial del tren para impulsar efectos económicos directos, indirectos e inducidos más allá del propio sector turismo es enorme en esta región relegada históricamente. Y sin duda sus efectos demostrativos podrían posteriormente replicarse en otras regiones del país mediante redes ferroviarias expandidas o infraestructura carretera estratégica.
Sinergias con Transición Energética
Finalmente, otro frente donde el programado “tren eléctrico” Maya claramente marca un rumbo innovador es en términos del impulso sinérgico que dará para acelerar la transición energética en la Península de Yucatán.
Y es que más allá de sus flotillas ferroviarias siendo 100% electrificadas, la intensa demanda de electricidad limpia que requerirá la red también funcionará como un acelerador para que la región sureste amplíe rápidamente su generación de energías renovables.
De hecho, ya existe un ambicioso plan maestro energético que incluye construir al menos 5 nuevos parques fotovoltaicos y docenas de pequeñas plantas solares distribuidas a lo largo del trayecto del Turitren Maya, sumando en total más de 1,500 mega watts extra de capacidad instalada verde.
Igualmente se planea expandir y modernizar las redes eléctricas de conexión interregional aprovechando derechos de vía paralelos a las nuevas vías férreas. Ello no solo beneficiará la confiabilidad del propio tren, sino que también reforzará el sistema eléctrico estatal, propiciando el despliegue de más energías limpias.
En conclusión, el Turitren Maya no debe verse únicamente como una mega obra aislada de infraestructura ferroviaria, sino más bien como una palanca estratégica capaz de influenciar e impulsar la tan anhelada modernización integral que el sureste mexicano necesita en ámbitos como movilidad sustentable, estándares constructivos, tecnología de punta, desarrollo económico endógeno y transición energética.
Dependerá entonces de qué tan sinérgicamente logren coordinarse los tres órdenes de gobierno, la iniciativa privada y las propias comunidades beneficiadas, para efectivamente apalancar las oportunidades transformadoras que está catalizando este histórico proyecto.